La evolución más exacta y express del cartero, sería el bicimensajero. Así lo visualizo la compañía de telégrafos Western Union, que contrataba jóvenes como mensajeros, proporcionándoles uniforme, portafolios y una bicicleta, que podrían adquirir en pagos.
En México siempre han existido oficios que se han apoyado de la bicicleta para ejercerlos o auxiliarlos. Pero es en el 2002 cuando 2 entusiastas Daneses, deciden radicar en el D.F. y ejercer como tal, un oficio que en Europa ya gozaba de cierto prestigio. Es así como fundan Ciclosmensajeros, la primera minicompañía de Bike Messenger en la capital.
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Aún recuerda cuando decidió ingresar a Ciclosmensajeros. Ese día inicio su trajín en este movimiento, y su rueda no ha dejado de girar. Olin, fundador de Bicimensajeros D.F. y uno de los principales impulsores del movimiento Bike Messenger en México, deduce que no ha sido fácil mantener la cadencia para mantener a ritmo este movimiento. Al cabo de 4 años, aun ve con desenfado y en momentos con cierta nostalgia, como se han ido quedando ideas, proyectos y hasta amigos en el camino; pero también alegre comenta, “hemos llegado lejos, y aún nos falta camino por rodar”.
“Quien ama lo que haga, nunca trabajará” se convierte en una premisa, con la que día a día, el grupo de Bicimensajeros, se monta en sus cletas y recorre kilómetros, con el único fin de satisfacer las necesidades de su selecto grupo de clientes.
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Hacia 2009, el naciente grupo de Bicimensajeros, lidereado por Olin y Merol, y con la idea de unificar fuerzas y crear un grupo más sólido y que se apegue más al estilo bike Messenger que predomina en el mundo, elaboran un plan que pasa por infinidad de modificaciones, en los cuales gente se une, prueba y se va. ¡Todos somos Bicimensajeros! Era el grito, pero la idea de libertad, que cada miembro proyectaba, hace difícil la organización y nadie se subordina a nadie. Es así como en 2013, varios miembros deciden adoptar nuevas posturas, separándose de BMDF, iniciando sus propias empresas. (Cronos-Tig)
El resurgimiento del movimiento, que dio inicio hace algunos años y que a nuestros tiempos ha evolucionado y se ha posicionado como uno de los movimientos más activos y sólidos que el boom bicicletero ha dejado, se mantiene en expansión, rodando hacia nuevos horizontes, conquistando la preferencia de la gente, de las empresas, de la sociedad. Se está convirtiendo para muchos en un modo de vida. Un modo de vida que se percibe más libre, pero no menos complicado y riesgoso; Se está convirtiendo ya en una opción más, en esta caótica ciudad de México.
